La enseñanza - aprendizaje ya sea en entornos presenciales o virtuales están ligados directamente a la pedagogía, al mismo currículo en especial al rol que desempeñan los miembros de la comunidad educativa ya sea profesor, estudiante o padre de familia; y la forma como se realiza el acompañamiento. Por lo tanto, para esta nueva experiencia se tendrán en cuenta algunos principios que orientarán la nueva manera de relacionarnos y de aprender son:
- Efectividad. Desde el punto de vista del contenido y de las habilidades, debemos plantearnos qué es lo realmente fundamental y, en términos de estrategias, cómo lo que hacemos en un salón de clase para favorecer el aprendizaje de nuestros estudiantes podemos llevarlo o adaptarlo a un entorno virtual.
- Interactividad. Si bien en un ambiente presencial el contacto directo y la posibilidad de interactuar con los demás se da de manera natural, un ambiente virtual ofrece herramientas que, acompañadas con estrategias acertadas, pueden propiciar experiencias de participación provechosas para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades para la vida como la autonomía, la organización, el trabajo en equipo, la empatía, entre otras.
- Innovación. El aprendizaje y su evaluación en un entorno virtual exigen al máximo la recursividad del profesor, la búsqueda de distintas estrategias, recursos y diversidad de tipos de desempeños. El enganche y la motivación del estudiante son siempre factores cruciales para el aprendizaje, pero aún más en un entorno virtual, sin perder de vista que la atención debe estar en el aprendizaje y no en la tecnología por sí misma.
- Fines. Independientemente de que el aprendizaje sea presencial o virtual, la Formación Integral en Valores seguirá estando presente en las interacciones que se generen entre estudiantes y profesores. Esta será una oportunidad más para vivenciar a fondo los valores de la institución (honestidad, responsabilidad, respeto) y para reafirmar lo estipulado en el manual de convivencia.